Debate en torno a la corrida de toros
Por Héctor López Martínez
Historiador
Diario El Comercio
El señor Ernesto Pinto Bazurco Rittler, miembro del cuerpo diplomático nacional y, por tanto, representante en el extranjero de nuestros valores culturales en sus más variados aspectos, ha escrito en esta misma página un duro artículo en contra de la fiesta brava, a la que califica como espectáculo "bárbaro", "cruel", "frívolo y triste". El Tribunal Constitucional en la sentencia del 19 de abril del 2011, dice entre otros considerandos: "...la tauromaquia se ha incorporado a nuestra cultura mestiza y es una expresión artística que forma parte de la diversidad cultural del Perú".
El mencionado diplomático no es el primero ni será el último de los detractores de la que Federico García Lorca llamó "...la fiesta más culta que hay en el mundo". Los argumentos en pro y en contra de la misma se han repetido hasta la saciedad pudiendo concluir que mientras los defensores de la tauromaquia la conocen, la sienten, la viven, sus oponentes no tienen más "argumentos" que prejuicios, un desubicado sentimiento de protección los animales, sin tomar en cuenta que el toro bravo es una especie única, a la que el hombre ha ido seleccionando rigurosamente para lograr ejemplares que permiten lidiarlo.
El embajador Pinto Bazurco señala que las corridas de toros dañan la imagen del país, que puede ser legítima opinión personal, pero no de la quien representa al Perú en el extranjero y niega uno de sus valores culturales más antiguos y extendidos. Muchas veces se ha dicho que si no hubiera existido la fiesta brava, quedarían vacías salas fundamentales de museos, como aquellas donde se exhiben, por ejemplo, los cuadros de Francisco de Goya. Lucirían desmanteladas estanterías hoy repletas de bibliotecas y hemerotecas destinadas a la tauromaquia, no podríamos disfrutar viendo ballet, escuchando óperas, composiciones sinfónicas o canciones populares dedicadas a toros y toreros.
En todas las artes, como ya quedó dicho, se ha tratado el tema taurino y no tendríamos espacio para entrar en detalles sobre el particular. Pero es en la poesía, donde se supone existe el más alto grado de sensibilidad, donde la tauromaquia ha recibido los mayores elogios de figuras indiscutibles como el ya mencionado García Lorca, Rafael Alberti, Gerardo Diego, Manuel Machado, Miguel Hernández, etc. En nuestro medio han escrito sobre la tauromaquias intelectuales tan importantes como Óscar Miró Quesada de la Guerra, Abraham Valdelomar, Aurelio Miró Quesada Sosa, Ciro Alegría, Mario Vargas Llosa, etc. La tauromaquias no es en el Perú sólo la Feria del Señor de los Milagros, sino más de quinientos festejos taurinos que tienen lugar en ciudades y pueblos de todo nuestro país. Tenemos, pues, dentro de nuestras fronteras, centenares de miles de "Bárbaros".
Finalmente, el embajador Pinto Bazurco anuncia que ha publicado un libro en Europa, donde sostiene sus ideas antitaurinas. Ojalá tenga tanto éxito como las múltiples ediciones, traducidas, las películas y las series televisivas que lograron "Sangre y arena" y "Juncal", de Vicente Blasco Ibáñez y Jaime de Armiñan, respectivamente.