viernes, 8 de junio de 2012

SAVATER ADVIERTE QUE EL FINAL DE LAS CORRIDAS TRAERÍA EL HOLOCAUSTO DEL TORO BRAVO


Bajo el título “Arte, crueldad y traición”, el filósofo y escritor Fernando Savater fue el gran protagonista del día en el recinto Arte y Cultura.. Un coloquio en el que se adentró en los principios morales y éticos de la Fiesta y advirtió a los naturalistas de que “con el fin de las corridas se produciría el holocausto del toro bravo”.
“El toro bravo es una obra de arte biológica creada por el ser humano para un algo determinado: su lidia en una plaza de toros. El día que desaparezca esa función para la que se ha creado, desaparecerán todos”, ahondó el filósofo donostiarra.
Savater quiso además matizar que “el toro es un animal bravo pero doméstico, es decir, que se ha creado por el hombre para un beneficio económico”. En este sentido, los comparó con “los caballos de carreras”. “Si no se produjera ese beneficio dejaría de existir, simplemente porque no sería rentable criarlos desde un punto de vista económico”, justificó.
Y es que en opinión de Savater no se puede comparar al toro bravo con un animal salvaje: “No se podría comparar, por ejemplo, con los osos polares o los osos pandas, que, son especies protegidas, ya que el toro bravo requiere de unos cuidados específicos para su existencia, y dejarlos a su libre albedrío en la naturaleza, como muchos quieren, también les llevaría a su extinción”.
Centrándose en las corridas de toros, Savater explicó que el toreo es “un arte que simboliza el ideal de la soledad del hombre que afronta con valor un cara a cara con la fiera, mientras que nosotros lo contemplamos desde la cobardía del tendido”. Por este motivo realizó una comparación muy elocuente: “los toros son como los chistes, algunos los entienden y otros no, y no por eso hay que prohibirlos”.
Por este motivo, “hay que protestar para que institucionalmente no se prohíban; así se coarta la libertad de los que sí lo entienden”. No obstante, Savater es “pesimista” con respecto al futuro de los toros, ya que el problema para él radica en “la tendencia de humanizar a los animales, equiparar los derechos de los humanos con los animales”.
“Los seres humanos tenemos unos derechos porque comprendemos también nuestros deberes. A los animales no les podemos imponer unas obligaciones porque son irracionales, y por eso, no pueden compartir los mismos derechos”, recordó antes de considerar que el argumento de la moralidad para rechazar la fiesta taurina es “intolerable”.