Néstor A. Giraldo
Opinión y Toros
Estamos ad-portas de concluir el periplo taurino nacional que comenzó con la feria de Cali el 25 de diciembre de 2011 y la preocupación es grande para todos los estamentos de la fiesta.
Artísticamente hay regocijo por lo visto en las diferentes plazas con triunfos inobjetables de algunos toreros y en mayor regularidad los conseguidos por el centauro navarro Pablo Hermoso de Mendoza quien fue el salvador de las empresas.
En consecuencia la parte económica también sale a flote, si te tiene en cuenta las pobres entradas por ejemplo de Medellín en años anteriores.
Se preguntarán los lectores, ¿entonces en que radica la preocupación? Pues bien. La preocupación radica en el ataque desmedido, afrentoso y amenazante de los anti taurinos, avalados ahora por políticos que haciendo uso de su investidura como autoridades, pretenden de manera declarada, abierta y radical, hacerle la guerra a la fiesta para que las corridas de toros desaparezcan por completo. Así sucede con el gobernador de Antioquia Sergio Fajardo y el Alcalde Mayor de Bogotá Gustavo Petro.
El primero suspendió el patrocinio que ofrecía la fabrica de licores de Antioquia y el segundo el patrocinio de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, dejando a Cormacarena y la Corporación Taurina de Bogotá en manos del aporte de entidades privadas y algunas otras oficiales, omo la Lotería de Boyaca que con su gobernador a la cabeza Dr. Juan Carlos Granados Becerra de manera sesuda comprenden que la eliminación de las corridas de toros, ni más ni menos son la eliminación de miles de empleos formales e informales, son la eliminación de un alto porcentaje de ocupación de hoteles, son la eliminación de grandes inversiones de los ganaderos de bravo, etc., etc., etc.
Convertir La Santamaría en escenario tenístico como pretende el despistado Alcalde de Bogotá, sería acabar con la historia de 81 años de un escenario emblemático para la capital y de paso cercenar el gusto y afición de quienes por muchos años asistimos a la primera plaza de toros del país.
La lucha es titánica tratando de convencer a los irracionales animalistas, ecologistas y defensores de los animales que a los escenarios taurinos no va nadie obligado, que los toros de lidia nacen para morir dignamente en un ruedo, que su cuido durante cuatro años es denodado, que el toro de lidia es una especie que no permite su exhibición en un zoológico como sí se puede hacer con cualquier otro animal y tantos otros ítems que sería dispendioso enunciar para significar, orientar y sustentar con argumentos y tesis valederas, el porqué de las corridas de toros, actividad milenaria y rito sacrificial que definitivamente no van a entender los retrógrados, abusivos e intolerantes anti taurinos, dejando ver su pobreza intelectual, cultural y escaso recorrido mental que los limita y les hace difícil la interpretación de las expresiones artísticas en todos los géneros.
¿Alguna vez estos individuos se habrán detenido a ojear siquiera un libro sobre la historia de la tauromaquia?, ¿Sabrán por donde pare una vaca?, ¿Conocerán algo del manejo del ganado bravo en una dehesa? ¡Que tristeza la pobreza intelectual y cultural de los anti taurinos!
Opinión y Toros
Estamos ad-portas de concluir el periplo taurino nacional que comenzó con la feria de Cali el 25 de diciembre de 2011 y la preocupación es grande para todos los estamentos de la fiesta.
Artísticamente hay regocijo por lo visto en las diferentes plazas con triunfos inobjetables de algunos toreros y en mayor regularidad los conseguidos por el centauro navarro Pablo Hermoso de Mendoza quien fue el salvador de las empresas.
En consecuencia la parte económica también sale a flote, si te tiene en cuenta las pobres entradas por ejemplo de Medellín en años anteriores.
Se preguntarán los lectores, ¿entonces en que radica la preocupación? Pues bien. La preocupación radica en el ataque desmedido, afrentoso y amenazante de los anti taurinos, avalados ahora por políticos que haciendo uso de su investidura como autoridades, pretenden de manera declarada, abierta y radical, hacerle la guerra a la fiesta para que las corridas de toros desaparezcan por completo. Así sucede con el gobernador de Antioquia Sergio Fajardo y el Alcalde Mayor de Bogotá Gustavo Petro.
El primero suspendió el patrocinio que ofrecía la fabrica de licores de Antioquia y el segundo el patrocinio de la Empresa de Teléfonos de Bogotá, dejando a Cormacarena y la Corporación Taurina de Bogotá en manos del aporte de entidades privadas y algunas otras oficiales, omo la Lotería de Boyaca que con su gobernador a la cabeza Dr. Juan Carlos Granados Becerra de manera sesuda comprenden que la eliminación de las corridas de toros, ni más ni menos son la eliminación de miles de empleos formales e informales, son la eliminación de un alto porcentaje de ocupación de hoteles, son la eliminación de grandes inversiones de los ganaderos de bravo, etc., etc., etc.
Convertir La Santamaría en escenario tenístico como pretende el despistado Alcalde de Bogotá, sería acabar con la historia de 81 años de un escenario emblemático para la capital y de paso cercenar el gusto y afición de quienes por muchos años asistimos a la primera plaza de toros del país.
La lucha es titánica tratando de convencer a los irracionales animalistas, ecologistas y defensores de los animales que a los escenarios taurinos no va nadie obligado, que los toros de lidia nacen para morir dignamente en un ruedo, que su cuido durante cuatro años es denodado, que el toro de lidia es una especie que no permite su exhibición en un zoológico como sí se puede hacer con cualquier otro animal y tantos otros ítems que sería dispendioso enunciar para significar, orientar y sustentar con argumentos y tesis valederas, el porqué de las corridas de toros, actividad milenaria y rito sacrificial que definitivamente no van a entender los retrógrados, abusivos e intolerantes anti taurinos, dejando ver su pobreza intelectual, cultural y escaso recorrido mental que los limita y les hace difícil la interpretación de las expresiones artísticas en todos los géneros.
¿Alguna vez estos individuos se habrán detenido a ojear siquiera un libro sobre la historia de la tauromaquia?, ¿Sabrán por donde pare una vaca?, ¿Conocerán algo del manejo del ganado bravo en una dehesa? ¡Que tristeza la pobreza intelectual y cultural de los anti taurinos!