sábado, 18 de febrero de 2012

LA CRUELDAD EN LAS CORRIDAS DE TOROS

Bartolomé Puiggrós

Es innegable que la mayoría de los acontecimientos en el mundo tienen su lado de crueldad. Ya el nacimiento de un niño desde cierto punto de vista es un acto cruel para la criatura. Sale del vientre materno que le proporcionó todo, a pelear por su vida, respirando, comiendo, enfermándose, etc. La muerte en todas sus manifestaciones es cruel. No mencionamos siquiera las guerras entre los hombres, los actos terroristas, los secuestros y tantos otros actos mucho más crueles que una corrida de toros. Donde son humanos los sacrificados y no animales.

Desde el principio de las civilizaciones el hombre se valió de los animales para subsistir. Cazándolos le proporcionaban alimento, abrigo con sus pieles y otras entonces comodidades. Así vino la llamada domesticación de las especies animales y su crianza, para no tener que depender de la caza y tener más a mano el sustento y el abrigo.

Por ello está claro que el hombre se ha valido del mundo animal para no solo subsistir, sino que a medida que pasaba el tiempo aprovechar otras condiciones de los irracionales, no solo ya para su sustento sino para su recreación. Como las carreras de caballos, de galgos, las corridas de toros, la caza de pluma o pelo (entre ellos la caza del zorro), la pesca recreativa, peleas de gallos, los circos, concursos de doma, etc. que también traen sufrimiento y muerte a esos animales, que divierten así al hombre.

Hemos llegado a refinados placeres culinarios, como la preparación de la langosta o de algunos mariscos para comerlos, la matanza del cerdo para preparar embutidos de todo tipo, los mataderos automáticos de aves, la crianza de aves en baterías o el engorde de vacunos en poquísimo espacio para que produzcan mas y engorden en menos tiempo, la caza o crianza de animales de pieles finas, no solo la pesca masiva, que hace morir asfixiados a los peces, sino su crianza en estanques especiales, la de la ballena, y tantos otros ejemplos que harían llenar muchas paginas describiéndolas.

No solo eso, sabido es que las plantas que producen tantos alimentos, tienen también vida y se reproducen por la mano del hombre, quien les causa daño cosechando sus frutos, o segándolas para conseguir sus productos, actos crueles para esos seres vivos, que son necesarios para el sustento o el abrigo de las personas, tal como era al principio de la civilización. Siguiendo esa teoría solo habría que comer los productos vegetales que caen al suelo, para no causar daño a las plantas cosechándolas o arrancando sus productos.

Parecería que queda claro que tanto las plantas como los animales han sido puestos en este mundo para provecho del hombre y que en casi todos estos actos descritos hay una crueldad innegable. Por ello llama tanto la atención que hayan personas interesadas en abolir una de las diversiones del hombre, que además de ser un acto cultural, que en el caso del Perú se remonta a la conquista española, a la época de Pizarro o sea con mas de 500 años y que en la mayoría de los pueblos del país, en sus fiestas patronales si no hay corrida de toros no hay buena fiesta, que produce un arte si bien efímero como una partitura musical, aunque esta se pueda reproducir muchas veces, en el toreo no, es un arte que se crea en un instante, desaparece y no se puede volver a repetir, además es el único que se realiza jugando con la muerte y tratando de crear este arte enfrentándose con una fiera. Caso especial en el mundo.

Ya se han hecho ensayos científicos demostrando que el toro en la lidia no tiene grandes sufrimientos durante su lidia, ya que esta peleando y no tiene tanta sensibilidad durante la pelea, es como cuando dos personas pelean, digamos a puñetazos, durante este acto no sienten tanto los golpes, como cuando ya en frío encuentran las heridas o moratones, que ya duelen mucho mas. Un toro de 500 kilos tiene alrededor de 37 litros de sangre y en la lidia a pesar de lo escandaloso de la sangre, no llega a perder ni medio litro, es como cuando se corta una persona, y pierde de los 8 litros que tiene el cuerpo humano unos 10 cc, esto no le hace mella. Que a veces poca sangre escandalosamente tiñe todo el lavatorio, por ejemplo. Luego la lidia de un toro no es tan cruel como matarlos en los mataderos, donde no tienen salvación posible, en cambio un toro puede ser indultado.

Lo que no es cierto es el discurso de los antitaurinos sobre las “maldades” que se les hacen a los toros antes y durante su lidia. Por ejemplo que le ponen vaselina a los ojos, falacia indemostrable, porque el torero lo que quiere, es que el toro vea bien para distinguir su cuerpo de los engaños y se demuestra con los pases cambiados en los medios de la plaza por ejemplo, que al cambiar su trayectoria el toro al pasar la muleta de adelante hacia atrás, del torero en muy poco espacio, si no viera bien se llevaría al torero de encuentro. Que les ponen alfileres en los testículos y en las pezuñas, si así fuera el toro no podría caminar ni menos correr, por tener dolores muy fuertes en ambas zonas, lo que se ve no sucede en la plaza. Y al toro cojo se le cambia y no se lidia.

Tampoco es cierto aquello de que le ponen ají debajo de la cola, para que salga rebrincado o corriendo. Si lo que quiere el torero es que el toro tenga una embestida previsible para evitar ser cogido, un animal con eso seguramente embestiría descompuesto y seria muy difícil torearlo. Que los golpean con sacos de arena antes de la lidia para bajar su poderío, y que salga mermado de facultades. Si lo que quiere el ganadero es que sus toros salgan lo mejor posible, porque no solo esta en juego su prestigio, sino su futura cotización en el mercado taurino, entonces no podemos decir que el ganadero tira piedras a su propio tejado. Seria tonto de su parte.

En muchas especias del mundo animal, por ejemplo las llamas o las vicuñas en el Perú, un rebaño de hembras tiene un macho, que las atiende, y éste expulsa a los machos jóvenes, que forman así tropillas de machos que vagan sin rumbo en la cordillera. Lo mismo pasa con los toros, un macho es elegido reproductor para atender unas 50 vacas en promedio y todos los otros machos de la ganadería no tendrían otro fin que el matadero o las corridas.

De abolir las corridas el ganado de lidia seria una especie en extinción, ya que no tendría el fin para el que es criado por su carácter acometedor. Ningún otro vacuno o bóvido tiene esta para nosotros cualidad, conseguida en muchos años de paciente selección. La crianza del toro de lidia aprovecha además terrenos en los que no es posible cultivar otras especies de gran rendimiento económico. Por ello extraña que los ecologistas puedan proponer ir en contra de las corridas de toros. Desaparecería esta especie tan singular.

Tiene un efecto multiplicador económico digno de resaltarse, en los lugares donde se realiza, ya que mueve dinero para el fisco en diversos impuestos; las plazas de toros en su mantenimiento; los concesionarios en las corridas de: comidas, bebidas, anuncios, cojines; los subalternos: derechos de clínica, ropa de torear, trastos, cuadra de caballos y arrastre, los matadores: apoderado, mozos de espadas, ropa de torear, trastos, publicidad; los ganaderos: finca (potreros, cercas, instalaciones), mayorales, vaqueros, veterinarios, medicinas veterinarias; la empresa: empleados, taquilleros, imprentas, propaganda, carteles, publicidad, banda de música, enfermería y servicio medico; los transportistas en avión, ferrocarril, autos o camiones, fletes y cajones para llevar ganado; los hoteles, restaurantes y afines, ventas de souvenirs etc. etc.

Nada decimos de los noticieros de la televisión, que también se dan en horario infantil, donde las noticias crueles entre seres humanos son pan de cada día, o las películas porno, la violencia de género, el aborto, la eutanasia, las drogas, en fin una doble moral que no se entiende. Por ultimo no se puede entender que se ataque a las corridas de toros donde el público tiene un comportamiento ejemplar y no se diga nada del comportamiento de las barras bravas del fútbol que a cada rato tiene muertos en las trifulcas que organizan y esos son también sus semejantes, invocamos a la tolerancia al que no le guste que no vaya, y dejen el derecho de asistir a los que les gustan.

Actos de extrema crueldad ya para sus semejantes, no para los animales, son el hambre que azota a muchos personas en este mundo o que están expuestas a crueles enfermedades, y nadie hace nada por esas criaturas que mueren cada año en los países subdesarrollados, o en los nuestros donde muchas personas iguales a nosotros sufren de carencias de todo. Comida, abrigo, atención sanitaria, educación, etc. etc.

Por ello proponemos formar con los llamados antitaurinos un frente de apoyo a nuestros semejantes que sufren esta marginaciones y aunamos esfuerzos para ello, en vez de perder el tiempo en tratar de abolir algo que no les guste, con argumentos que se han demostrado no parecen válidos. Si algo no les gusta o les parece cruel simplemente que no vayan y dejen a los que les gustan estas cosas que puedan tener la libertad de presenciarlas. A muchas personas no les gusta el box o esa nueva pelea donde todo vale y los respetamos, “hay gente pa to” decía el torero “El Gallo”. Pero juntos atendamos a nuestros semejantes marginados.