EL VITO
El 28 de julio fue un día terrible para la Fiesta de los Toros, aquel día el Parlamento de Cataluña prohibía los toros en su territorio. Los anti taurinos se envalentonaron y consideraron sería el primer golpe que provocaría en el mundo el efecto dominó contra los toros, especie de Waterloo de la Fiesta.
Hoy, a seis meses de aquel acontecimiento hay esperanzas, y cada día estamos más convencidos que el ataque a la fiesta de los toros es una moda y que sus efectos serán pasajeros.
Hace una década, año más año menos, un grupo de hombres y mujeres trabajan para organizar y estructurar un movimiento de rebelón ciudadana para que la Tauromaquia sea reconocida como Patrimonio Cultural Inmaterial de acuerdo a la Convención de la UNESCO. Entre ellos un valeroso venezolano, el abogado William Cárdenas.
La respuesta a la ignominia de los anti taurinos fue inmediata y en de septiembre 2010, en Tovar, estado Mérida, se produjo una declaración que se convertiría en la yesca que encendería la mecha para que en España se iniciara un auténtico aluvión que nos ha llevado desde la primera declaración que tuvo lugar en la en la ciudad de Toro, Provincia de Zamora para que el efecto cascada de declaraciones comenzara a inundar toda la geografía española.
Son más de 250 los pueblos y ciudades que han acudido a la Convención de la UNESCO como el instrumento más eficaz para blindar una de las tradiciones y manifestaciones culturales más arraigada en el pueblo español: La Fiesta de los Toros.
La corriente inunda Comunidades enteras, la meseta castellana y también en regiones como Navarra y Cantabria, o en las localidades andaluzas Córdoba y Jaén, donde también está presente la Fiesta de los Toros acompañando a sus pueblos desde sus raíces más profundas y como parte de su historia.
Francia dio un paso ejemplar al decidir proteger la Tauromaquia en las 47 ciudades y pueblos de las provincias que la recrean en el país galo, y México enfrentó con vigor y valor el envalentonamiento de un grupo político que buscó pescar en río revuelto para con una declaración del Congreso afincar la defensa de la fiesta de los toros en su territorio y sus tradiciones.
Portugal produjo la primera declaración, la de la Capeia Arriana y en América, el Instituto de Desarrollo Taurino de Tlaxcala, Venezuela en las ciudades de Mérida y San Cristóbal, en Colombia los aficionados se movilizan en la misma dirección y en el Perú se acaba de celebrar el I Encuentro de Ciudades Taurinas que acordó hacer la misma declaración en cada una de sus poblaciones; y en Ecuador mientras Quito lucha contra la prohibición de la muerte del toro, Riobamba y Ambato analizan la propuesta.
Con este extraordinario balance cerramos el año, con la satisfacción añadida de saber que el Proyecto Tauromaquia-UNESCO se ha extendido a todos los países taurinos en donde grandes amigos se movilizan para proteger la Fiesta.