sábado, 13 de agosto de 2011

DEFENDER LA FIESTA


Rafael Comino Delgado
Catedrático de la Universidad de Cádiz

“La Fiesta no necesita que se la defienda, se defiende sola”; esta frase la he oído, en boca de de algunos muy destacados profesionales; respetable opinión pero que no comparto, pues entiendo que hay que defenderla todos los días, todas la horas y cada minuto, y más en los tiempos que corren con multitud de rufianes atacándola (desde fuera y desde dentro), algunos de ellos instalados en el poder. Si seguimos la teoría de que se defiende sola corremos el riesgo de que cuando queramos darnos cuenta ya no haya nada que defender, porque se la habrán “cargado”.

Lo que podemos discutir es quien y como ha de defenderse. Al respecto pienso que tenemos que defenderla los taurinos (profesionales y aficionados), el público que sin ser aficionado va, de vez en cuando, a los toros y las autoridades pertinentes. Obviamente también tendría que defenderla toda persona amante del arte, de la cultura y de la libertad. Y ¿cómo defenderla?

Pues a mi modo de ver, si realmente se quiere, muy fácilmente:

Los PROFESIONALES dando verdad, solo verdad y nada más que verdad: los ganaderos presentando el verdadero toro integro y sano, naturalmente adecuado a cada plaza. Los empresarios comprando el toro de verdad y pagándolo, porque criarlo cuesta mucho esfuerzo y dinero. Entiendo que el empresario ha de ganar dinero, para eso trabaja, pero no todo en un día o un año. Al respecto los ayuntamientos (o propiedad de la plaza) deben hacer pliegos razonables, pues exigir demasiado al empresario obliga a este a repercutirlo en dos cosas: disminuyendo la calidad y aumentando el precio. Los toreros (figuras) han de permitir que salga el referido toro y no otro. Los apoderados, lógicamente, deben cuidar a sus poderdantes pero sin pasarse, pues la de torero es una profesión durísima a la que se accede voluntariamente. Es más creo que cuidarlos excesivamente , a la larga, resulta negativo para ellos. No se puede permitir, como ocurre demasiadas veces, que el torero tenga que ejercer de enfermero de un toro que apenas puede moverse. El Toreo es un arte que ha de validarse con el riesgo, que el espectador percibe y piensa que él no seria capaz de hacer lo que está haciendo el torero. Quiero decir que el espectador ha de emocionarse con la estética del Toreo, pero también con el riesgo, a que está sometido el torero. Si ello no ocurre la Fiesta se derrumba. Los informadores taurinos pueden ayudar mucho y creo que, en general, lo hacen si bien hay algún diario, de gran tirada, que tras leer su sección de toros, uno concluye: “con estos defensores la Fiesta no necesita enemigos”.

Los AFICIONADOS podemos defender la Fiesta exigiendo esa verdad que venimos refiriendo, no permitir que se nos engañe y, también, haciendo cuanto esté a nuestro alcance para difundirla, explicando lo que es y sus valores(éticos, morales, estéticos, económicos, etc), con la ayuda de los profesionales, sin amedrentarnos ante los anti-taurinos intolerantes, radicales y violentos, pero al mismo tiempo exigiendo a las autoridades que se cumpla la ley en todos los aspectos y que protejan a la Fiesta taurina, no mas que a otras actividades artísticas y culturales pero tampoco menos. ¿Por qué el cine español, claramente deficitario, recibe del Estado un trato tan descaradamente de favor?. ¿Saben Vds. que de todas las películas que se hacen en España, con nuestro dinero(subvencionadas), solo llegan a estrenarse menos del 10 %?; el resto duermen el sueño eterno porque no merecen la pena. En cambio el Toreo no recibe, del Estado, más que impuestos, desprecio y una medalla de oro, últimamente bastante devaluada. A mi esto me parece demasiado serio y grave como para pasarlo por alto.

El gran público también ha de ayudar, si no lo quiere hacer por la Fiesta en si que lo haga por la buena salud democrática de nuestra sociedad y, sobre todo, por la libertad, que cualquier persona decente ha de anhelar.

Y ¿cómo podemos exigir, a la autoridades, cuanto hemos referido?.Haciendo oír nuestra voz, a través de asociaciones, y con nuestro voto.

Todos sabemos, en el momento actual, quien es quien, conocemos a los que protegen a la Fiesta y a los que la persiguen , o como mal menor la ignoran, por tanto cuando haya elecciones tengámoslo en cuenta. Las autoridades, y los políticos, en general, deben cumplir y hacer cumplir la ley, siendo ecuánimes, sin prevaricar, aunque eso sea mucho pedir.

El presidente de la corrida puede hacer mucho a favor de la Fiesta de los Toros, simplemente haciendo que se cumpla el Reglamento, exijámoslo de forma correcta, pero firme y rotunda.

Si todos nos concienciáramos de ello y nos pusiésemos a trabajar en este sentido, estoy seguro que pronto empezaríamos a ver los resultados, pues tenemos ejemplos de que donde así se actúa la Fiesta está en auge.

En definitiva la Fiesta tiene, en España, unas raíces muy profundas y fuertes y, además, múltiples valores que le hacen ser un arte único, pero hay que defenderla dando y exigiendo VERDAD, eso como mínimo, y tomandonosla todos, muy en serio, pues a veces se dan espectáculos lamentables.

En el momento actual, en que nos asola una crisis ( de la que, en España, tardaremos bastantes años en salir, según dicen algunos expertos), hay que pensar que comprar una entrada significa gran esfuerzo para la mayoría de aficionados, por lo que todas las personas implicadas deberían aceptar que la parte de pastel, que en justicia les corresponde, fuese algo mas pequeña, hasta que vengan tiempos mejores, en que se pueda volver a la normalidad (que tampoco es lo que pasaba antes de la crisis), es decir ello significaría invertir para el futuro.

Cuanto he expuesto puede parecer utópico pero si se cumple en algunas plazas (muchas de Francia) ¿por que no podemos hacer que se cumpla en todas?.

Óleo de Enrique Pastor.