sábado, 30 de marzo de 2013

JAIME DE RIVERO: "NO ES POSIBLE PROHIBIR LAS CORRIDAS DE TOROS NI NINGUNA PROPUESTA CONTRARIA A LA PRESERVACIÓN"


El Vito

Nos reunimos en Lima con el abogado y escritor Jaime de Rivero Bramosio, autor de libro Derecho y cultura taurina, inconstitucionalidad de la prohibición en el que se demuestra que, jurídicamente, no es posible prohibir las corridas de toros ni ninguna otra propuesta contraria a su preservación. 

Fue Francisco de Jong, Secretario de la Comisión Taurina de Mérida el introductor al doctor Rivero. El autor apoya lo que hizo El Juli, lo que hacen los taurinos y lo que se hace en el Ecuador, con el razonamiento resumido de su intención en que  "A toda persona le asiste el derecho humano a la cultura que le garantiza la libertad de elegir, acceder y participar en las manifestaciones que definen su identidad cultural".

De Rivero indica que a partir de este derecho "se han firmado varios tratados internacionales que obligan a los Estados a defender y preservar la diversidad cultural, los bienes del patrimonio cultural y el derecho de las minorías culturales" y propone que la defensa de la fiesta además de poder ser invocada en todos los países en los que se celebre corridas de toros involucra derechos culturales protegidos en la Declaración Universal de Derechos Humanos (1948), el Pacto de Derechos Económicos Sociales y Culturales (1966) y, sobre todo, la Convención sobre Protección y Protección de la Diversidad Cultural (2005).






domingo, 24 de marzo de 2013

HISTORIA, CULTURA Y ARTE DE LAS CORRIDAS DE TOROS


Enrique Barrios Barrios
Presidente del Capítulo de Valencia del Círculo Bienvenida
NOTAS DE TOROS / Diario Notitarde de Valencia-Carabobo-Venezuela

PRECEDENTE DE LAS CORRIDAS.-
Al estudiar el origen remoto de las corridas de toros, diversos autores llegan a considerar como precedente del espectáculo taurino al Circo Romano, lugar donde se efectuaban los sacrificios de reses bravas en honor a la población de la ciudad respectiva.

Posteriormente, desaparece el papel que ocupaba este festejo como rito y holocausto religioso, convirtiéndose la presencia del Circo en el legítimo antecedente de la actual plaza de toros, el coso o redondel. En España durante la dominación musulmana, se suspende el enfrentamiento entre el hombre y el toro bravo, hasta que en la época feudal reaparece la lucha entre el toro bravo y el señor jefe de dicho régimen, como un deporte de la nobleza.

El distinguido caballero, montado en un corcel y armado con una larga caῆa a manera de lanza, mantendría la lucha contra el toro, demostrando así su habilidad y dotes de buen jinete. Al final del tiempo feudal, la nobleza abandonaría el toreo a caballo y comienza la plebe, a practicar el toreo de a pie.

CULTURA TAURINA.- 
La actividad mediante la cual un ser humano (el torero), defiende su vida ante la peligrosa agresividad de un animal fiero como es el toro de lidia, no es más que adentrarse en los arraigados ideales de la cultura hispánica fundamentados en el sentido trágico y heroico de la vida, pues el toreo viene a ser una magnífica disertación sobre la vida y sobre la muerte.

Es por ello que la corrida de toros se estima como una expresión ancestral, que ha sobrevivido hasta nuestros días y que en ella, no se encuentra placer en la tortura o simple muerte del toro, sino como una representación en la que primordialmente se aprecia el valor y la destreza del lidiador.

UNA MANIFESTACION ARTISTICA.- 
Con el fin de dictar normas que regulen las corridas de toros, se han legislado los reglamentos u ordenanzas taurinas, disposiciones a través de las cuales se alcanza que el toreo se transforme en arte y como todo arte, el del toreo no es comprendido por todo el mundo. 

De aquí el motivo de los antitaurinos para pretender prohibir la fiesta brava, con el argumento de considerarla un espectáculo lleno de violencia y crueldad, detrás del cual esconden el afán de oponerse al derecho que tiene la afición taurina universal, a disfrutar de una tradición histórica y pacífica, de sólidos rasgos culturales y determinante manifestación artística.









domingo, 17 de marzo de 2013

LA ABOLICIÓN DE LOS TOROS ES UN RETROCESO DE LA LIBERTAD


El filósofo francés Francis Wolff publica "50 razones para defender la Fiesta"

Por Rubén Amón en El Mundo.es
Foto de Francis Wolff, en París, obra de Giulia Panattini.

El eminente filósofo Francis Wolff se ha convertido en referencia partisana del movimiento taurino. No sólo en Francia, donde multiplica su activismo dialéctico. También en España, como viene a demostrarlo su papel de invitado y de testigo en la comisión del Parlament catalán que discutirá en breve la abolición de las corridas de toros. Francis Wolff ha redactado y publicado "Cincuenta razones para defender la Fiesta'" ('www.passion-toros.com'). No viene a cuento enumerarlas todas, pero sí airear seis motivos seis que contradicen el acoso político y animalista a un acontecimiento donde el arte y la muerte aparecen sin tabúes.

ECOLOGÍA. «Los toros son un bien ecológico. Me refiero a la biodiversidad de las dehesas y las marismas donde el toro de lidia desempeña un papel central. La ecología es la defensa del ecosistema, de las especies, de la ganadería extensiva. Y esos tres principios se recogen privilegiadamente en el toro de lidia. ¿Qué sentido tendría forzar su desaparición?» Francis Wolff reprocha al movimiento antituarino haber subestimado o negado los riesgos ecológicos y medioambientales que implica la abolición de las corridas, sin olvidar «las excepcionales condiciones de vida que disfruta el toro hasta su muerte». Pone como ejemplo contrario a los bovinos estabulados y al fenómeno de la ganadería industrial.

ÉTICA. Wolff desmiente que la convocatoria de espectadores en una plaza consista en gozar de la crueldad y en la agonía. Los aficionados acuden por razones elevadas. Empezando por la admiración al combate del toro y terminando por el aplauso a la gallardía del torero. El contexto de semejante pugna ética y estética es el rito, cuya falta de peso en las sociedades desacralizadas, como las nuestras, amenaza y arrincona a los fenómenos culturales que reivindican la liturgia, la simbología y la relación con la muerte. «La muerte se ha convertido en algo vergonzoso. Por eso la negamos, la escondemos y nos decantamos por modelos asépticos. No existe el duelo. Predomina la apología de la juventud eterna. Aceptamos la muerte del animal y de nuestros congéneres siempre que no la veamos. Mucha gente no entiende ya la ceremonia de la muerte. De ahí proviene la distancia con la corrida. La corrida mezcla la fiesta de la vida con la tragedia de la muerte. Es un pasaje ceremonial hacia la muerte. En la corrida, el toro muere y el torero puede morir. La vida no es un estado, es un acto, un acto contra la posibilidad misma de la muerte».

ESTÉTICA. La corrida es un fenómeno artístico y estético a cuenta de la creatividad. Aglutina en el ruedo la cultura popular y la sofisticada, del mismo modo que compagina el arte en sentido clásico, el canon, la belleza, la armonía, la coreografía con el arte en sentido posmoderno. Se explica Wolff a propósito del matiz: «La verónica, el natural, el trincherazo son momentos efímeros e irrepetibles. A imagen y semejanza del arte vivo, de la performance, la corrida existe sólo cuando se crea. Ocupa un espacio intermedio entre el arte y la realidad». Nada que ver con un acontecimiento rancio, castizo ni cañí. La prueba está en que Wolff destaca como valor esencial la universalidad. «No es la Fiesta Nacional de España ni la sola referencia patrimonial de un país. Ir a los toros es una elección personal del aficionado, una pasión. Ha adquirido una dimensión universal gracias al atractivo de los valores que encierra. Universal no quiere decir que deba exportarse. Universal quiere decir que es posible reconocerse en sus coordenadas: la vida y la muerte. Lo bello y lo sublime. La ética y la estética. El sacrificio de uno mismo y el miedo a morir. La creación de la belleza».

LA COMUNIÓN. La plaza es redonda, como los espacios lúdico-teatrales de la cultura griega. E igual que aquéllos el ruedo y su graderío sirven de espacio común al encuentro y conciliación de la comunidad. Se trata de un lugar de reunión y de consenso. «Que por un lado muestra la festividad y por otro enseña el aspecto trágico», razona Wolff. Sería el aspecto trágico precisamente el que lo diferencia de las manifestaciones deportivas al uso. Quiere decirse que la comunión de la plaza es más honda y genuina. Y que considerar la corrida un espectáculo de izquierdas o de derechas caricaturiza su propia esencia eucarística. Wolff invita al aficionado a que alce la cabeza y camine orgulloso. Nada tiene que esconder ni nada de qué avergonzarse. «Los españoles tienen una relación problemática con la llamada Fiesta Nacional. Que abandonen la actitud pasiva, resignada, culpabilizada. La corrida no es del pasado, ni la España negra, ni el franquismo. La corrida no es el folclorismo racial y anacrónico como París tampoco es Pigalle. Hay una intelectualidad reacia que se atrinchera en el malentendido y el desconocimiento», explica el autor de 'Cincuenta razones'

EL PROHIBICIONISMO. No deja de sorprenderle a Wolff que Cataluña haya emprendido una campaña prohibicionista cuando se define a sí misma como una nación tolerante, abierta y garante de las libertades. Así es que la abolición en curso no sólo implica concebir una ley restrictiva a medida de un espectáculo concreto. También presupone una actitud intervencionista y paternalista en una cuestión tan abstracta como la sensibilidad. «Hay que respetar a quien no le gusta la corrida y comprender sus razones. Pero la sensibilidad no es un argumento. Y menos aún cuando trata de reprochársele al aficionado una especie de placer perverso hacia el sufrimiento. No me gusta la pesca. De niño me asustó la agonía de un pez. Ahora bien, no voy a organizar una campaña para abolir la pesca. No sé si un pez sufre más cuando muerde el anzuelo o cuando lo devora un pez más grande». Por unas y otras razones, Francis Wolff concluye que «la abolición de las corridas es un retroceso de la libertad y de las libertades», amén de un inquietante precedente. «Que sea la sociedad la que decide qué hacer con las corridas. En Cataluña estaban desapareciendo por el desapego y el distanciamiento de la gente. ¿Qué motivos hay para legislarlas?».

EL AMANERAMIENTO. La corrida de toros contradice la humanización de los animales que han emprendido las sociedades modernas. Han inventado el perro de compañía, sublimado la mascota y convertido en dibujos animados las criaturas más feroces. Hasta la despreciable rata ha adquirido categoría de mito entrañable gracias a 'Ratatouille'. «El mundo moderno ha perdido el verdadero contacto con la naturaleza. Vemos a los animales como criaturas de Disney. La relación con el toro no es de ternura, ni de compasión, sino de admiración, de respeto. Y eso cuesta entenderlo a ciertas mentalidades urbanas, alejadas del campo», concluye Wolff. Escrito por Pablo G. Mancha en Logroño.

domingo, 10 de marzo de 2013

CONTUNDENTE REALIDAD: LAS CORRIDAS DE TOROS


Jaime Miranda Sousa

El mundo nunca sera totalmente justo, por ello los seres humanos solo podemos aspirar a que sea cada día menos injusto. Para lograrlo tenemos que priorizar las injusticias que queremos ir eliminando progresivamente dándole más importancia a aquellas que afectan a los seres humanos como la falta de respeto por la vida humana, la falta de trabajo, de educación, salud, justicia, discriminación, irrespeto por la propiedad segura.

El consumo de las langostas, por ejemplo, permite satisfacer las necesidades de pescadores, transportistas, comerciantes, empleados de restaurantes, etc., no creo, por esta razón, que sea justo para quienes viven de su consumo prohibir su pesca arguyendo que para cocinarlas hay que cruelmente meterlas vivas en agua hirviendo para que mueran mientras gritan y se mueven desesperadamente.

Igual de injusto para los seres humanos sería prohibir el consumo de pescado porque para llegar a la mesa de los hombres estos han sufrido un largo proceso de asfixia por que los pescados solo pueden respirar dentro del agua. Basta ver la desesperación por respirar que tienen los pescados recién sacados del agua para ver la cruel manera de morir que tienen.

Se dice que los boxeadores pelean porque quieren. No creo que sea sí porque poca es la libertad que dispone un ser primitivo, como lo son un gran número de ellos, de negarse a hacerlo si por meterse en un cuadrilátero para tratar de producirle una conmoción cerebral a otro ser humano, se le ofrece lo que nunca ha imaginado que podía tener.

Si sumamos las corridas de toros a los tres ejemplos de crueldad anteriores yo creería que lo primero que habría que eliminar es el boxeo porque se trata de terribles daños con irremediable consecuencias futuras conmociones cerebrales) que se infligen seres humanos incentivados por el dinero de personas que tan poco le interesan los boxeadores que los abandonan sin no les rinden. Sin embargo, si hoy eliminamos el boxeo más hombres no podrán satisfacer sus necesidades básicas y muchos seres humanos intelectualmente primitivos, perderían las esperanza de tener lo que nunca pensaron tener haciendo algo que hoy es lícito.

Para hacer que el mundo sea cada día menos injusto hay que luchar primero contra las injusticias que más afectan a los hombres, las corridas de toros son crueles con los toros pero prohibirlas sería injusto con una inmensa cantidad de seres humanos, incluyendo los que viven del turismo, que de la noche a la mañana se quedarían sin recursos para satisfacer sus necesidades familiares básicas.

jueves, 7 de marzo de 2013

EL MINISTERIO DE CULTURA SE PROPONE BLINDAR LA FIESTA DE LOS TOROS PARA DEFENDERLA DE LOS QUE PRETENDEN PROHIBIRLA


El presidente de la comisión encargada de redactarlo asegura que recoge las inquietudes del sector taurino y desmonta la prohibición de las corridas en Cataluña.

De SOL y SOMBRA.

El informe sobre la tauromaquia elaborado por el ministerio de Educación, Cultura y Deportes “busca encontrar un marco legal de blindaje de la fiesta de los toros como actividad cultural”, según el presidente de la comisión encargada de redactarlo, Juan Antonio Gómez Angulo.

Éste ha señalado algunas de las conclusiones del informe que ha leído al pleno, en el que asegura que “básicamente, se recogen las inquietudes del sector taurino y se desmonta jurídicamente la prohibición de las corridas en Cataluña”.

Desvinculado de la reciente admisión a trámite de una Iniciativa Legislativa Popular en el mismo sentido, el informe ha sido presentado este lunes en Madrid por el ministro José Ignacio Wert, en el pleno de la Comisión Consultiva de Asuntos Taurinos, en la que, a instancias de su cartera, están representados todos los sectores del toreo y que no se reunía desde 1998.

Asimismo, el presidente de la comisión, Gómez Angulo, ha explicado que dicho informe recoge algunas recomendaciones en lo referente a “posibles reformas del reglamento de los festejos, a la transparencia en la gestión empresarial y a la flexibilidad en la elaboración de pliegos de condiciones en los concursos de adjudicación de plazas de toros”, entre otros asuntos.

El informe, cuyo contenido aún no es público, hace hincapié en la ley de patrimonio histórico como base para el amparo jurídico de la tauromaquia en España y para el desarrollo de un único texto taurino para todo el territorio nacional que unifique los criterios de los desarrollados por las distintas comunidades autónomas con potestades taurinas transferidas.

Además, a la reunión han acudido miembros de distintos ministerios relacionados con el espectáculo taurino, así como representantes de catorce comunidades autónomas con competencias en el sector, de la administración pública y de la Federación Española de Municipios y Provincias.

Las recomendaciones de este informe, que no tiene carácter vinculante, serán desarrolladas a medio plazo por el ministerio de Cultura en un Plan Nacional de Fomento y Protección de la Tauromaquia, apoyándose en el diálogo de las administraciones públicas con la Comisión Consultiva.

Para ello se ha creado este lunes una comisión de seguimiento añadida, que estará formada por doce miembros, a falta aún de designarse: uno por cada una de las asociaciones de toreros, ganaderos, empresarios, subalternos y aficionados, cuatro de las comunidades autónomas, dos de la Administración y uno de la Federación de Municipios y Provincias.